«empuja la vaquita»

Bueno creo que el sincrodestino existe y este cuento llega en su mejor momento. Me compre un libro que recoge anécdotas, parábolas, fabulas, y reflexiones sobre el liderazgo. Según los autores, es una compilación de diferentes fuentes. Es bastante bueno, se llama “La culpa es de la vaca”, se los recomiendo.

Hay un cuento que se llama “empuja la vaquita” y habla sobre arriesgarse a abandonar esa zona de confort y enfrentar nuevas oportunidades, de esa cotidianidad insatisfecha del trabajo y de NO dejar que la “vaca” oculte oportunidades.

Lo trascribo textualmente cualquier comentario bienvenido.

“Un sabio maestro paseaba por un bosque con su fiel discípulo, cuando vio a lo lejos un sitio de apariencia pobre, y decidió hacer una breve visita al lugar. Durante la caminata le comentó al aprendiz sobre la importancia de las visitas, también de conocer personas y las oportunidades de aprendizaje que tenemos de estas experiencias.

Llegando al lugar constató la pobreza del sitio, los habitantes, una pareja y tres hijos, la casa de madera, vestidos con ropas sucias y rasgadas, sin calzado. Entonces se aproximó al señor, aparentemente el padre de familia y le preguntó:

– En este lugar no existen posibilidades de trabajo ni puntos de comercio tampoco ¿Cómo hacen usted y su familia para sobrevivir aquí?

El señor calmadamente respondió:
– Amigo mío, nosotros tenemos una vaquita que nos da varios litros de leche todos los días. Una parte del producto la vendemos o lo cambiamos por otros géneros alimenticios en la ciudad vecina y con la otra parte producimos queso, cuajada, etc., para nuestro consumo y así es como vamos sobreviviendo.

El sabio agradeció la información, contempló el lugar por un momento, luego se despidió y se fue.

En el medio del camino, volteó hacia su fiel discípulo y le ordenó:

-¡busca la vaquita, llévela al precipicio y empújala al barranco!

El joven espantado vio al maestro y le cuestionó sobre el hecho de que la vaquita era el medio de subsistencia de aquella familia. Como percibió el silencio absoluto del maestro, fue a cumplir la orden. Así que empujó la vaca por el precipicio y la vio morir. Aquella escena quedó grabada en la memoria de aquel joven durante algunos años.

Un día el joven resolvió abandonar todo lo que había aprendido y regresar a aquel lugar y contarle todo a la familia, pedir perdón y ayudarlos. Así lo hizo, y a medida que se aproximaba al lugar veía todo muy bonito, con árboles floridos, todo habitado y algunos niños jugando en el jardín. El joven se sintió triste y desesperado imaginando que aquella humilde familia tuviese que vender el terreno para sobrevivir, aceleró el paso y llegando allá, fue recibido por un señor muy simpático, al cual le preguntó por la familia que vivía allí hace unos cuatro años, el señor respondió que seguían viviendo allí.

Espantado el joven entró corriendo a la casa y confirmó que era la misma familia que visitó hace algunos años con el maestro. Elogió el lugar y le preguntó al señor (el dueño de la vaquita): Cómo hizo para mejorar este lugar y cambiar de vida?
-El señor entusiasmado le respondió: nosotros teníamos una vaquita que cayó por el precipicio y murió, de ahí en adelante nos vimos en la necesidad de hacer otras cosas y desarrollar otras habilidades que no sabíamos que teníamos, así alcanzamos el éxito que sus ojos ven ahora”

Todos nosotros tenemos una “vaquita” que nos proporciona alguna cosa básica y nos hace convivir con la rutina, nos hace dependientes, por eso “doctores” a empujar esa vaquita al barranco. Salida, EXITOS!

14 comentarios en “«empuja la vaquita»

  1. Que la mayoría de la gente somos conformistas, tal vez por miedo al cambio a experimentar otro estilo de trabajo de vida, somos negativos pesimista creemos que no somos capaces de de creer en uno mismo, a lo mucho tal vez inspirar al resto pero no a nosotros mismo.
    Somos tan conformista que nos impedimos ver nuestras oportunidades mas allá de nuestra realidad de desarrollar otras habilidades porque pensamos y sentimos que estamos conformes con el estado de cosas que nos rodea, que en ocasiones solo necesitamos un pequeño empujoncito sorpresivo para darnos cuenta de que la seguridad puede ser nuestra peor consejera y de que nos impide ver el horizonte

  2. Pingback: El arte de la inconformidad « HERMES – Blog

  3. mmm yo tire la vaquita y no m ha ido nada bien!!!…………me imagino que hay que tener paciencia!!!…………….amanecera y veremos!!!

  4. todas las personas tenemos algo por dentro el propósito de seguir con un sueño que podremos lograr si lo hacemos con esfuerzo y dedicación

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