Es realmente desastroso por no decir funesto y fatiga un poco el ánimo el hecho de escribir una vez por año.
Siempre he dicho que me gusta escribir y muchos me creen, pero me estoy dando cuenta que lo único que me gusta es que me lean y esto se lo debo a mi frágil ego, esa parte primitiva que lo único que busca es satisfacer los impulsos desordenados del ELLO.
Por eso creo que es tiempo de volver a mis raíces, a volver a escribir por las razones correctas.
Escribir para […] para ayudar a cambiar la mirada sobre las cosas o, al menos, que ayude a generar más preguntas o simplemente para tener una historia evolutiva de mi forma de pensar.
Los verdaderos escritores no escriben para que los lean, escriben simplemente porque NO pueden NO ESCRIBIR. Escriben por el amor de escribir.
Y ante este mar de dudas, no hay nada como preguntarle al oráculo que recomienda:
Es tiempo de soñar con valentía e imaginar imposibilidades, tiempo para conjurar palabras y frases que el mundo está esperando para oír, tiempo para dejar de preocuparse por el número de “likes” y simplemente escribir.
Así comienza el 2017, un año que comenzó en domingo.